Los 3 trucos para evitar el efecto rebote nos van a ayudar a darnos cuenta de por qué se produce.
Muchas de las personas que acuden a la Sesión de Valoración Gratuita lo hacen porque han sufrido esta misma situación y ya no la quieren vivir más.
Es decir, conocer lo que lo causa nos permitirá tomar acciones que nos lleven a una mejor gestión de nuestra alimentación sana y a tener un estilo de vida saludable.
¿Qué es el efecto rebote?
Se podría decir que es la ganancia de peso por encima del que teníamos antes de hacer una dieta para bajar de peso.
Es decir, consigo bajar de peso haciendo una dieta para adelgazar y, no solo recupero el peso que tenía antes hacer dieta si no que además me llevo unos cuantos kilos más de regalo.
Los 3 trucos para evitar el efecto rebote
Los 3 trucos para evitar el efecto rebote serán:
– No quites alimentos saludables de tu alimentación.
– No sigas dietas milagrosas.
– Disfrutar de una alimentación sana y hacer ejercicio físico habitualmente.
No quites alimentos saludables
Hay algunos grupos de alimentos que, aunque son alimentos saludables, por su mala fama, cuando buscamos bajar de peso empezamos a limitarlos o incluso a evitarlos.
Un ejemplo, podrían ser los alimentos con carbohidratos saludables.
La patata, el arroz, la pasta o el pan, son de los primeros alimentos en desaparecer.
Además de los frutos secos o las legumbres, por su fama de aportar muchas calorías.
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Una de las consecuencias es que conseguimos una dieta saludable pero monótona y poco atractiva.
Otra consecuencia de eliminar alimentos con carbohidratos saludables podría ser que es imposible mantenerlo en el tiempo e incompatible con nuestros eventos sociales y familiares.
Además, en ocasiones al hacer dieta, normalmente dietas milagrosas, aunque en algunas dietas para bajar de peso también ocurre, restringimos nuestra alimentación sin conocimiento.
Las consecuencias son que en algunos casos, con las dietas para adelgazar le damos a nuestro cuerpo muy poca energía.
En este caso se produce la conocida “termogénesis adaptativa”, nuestro cuerpo “piensa” que no tenemos acceso libre a alimentos y se pone en “modo supervivencia”.
Se ralentiza el metabolismo para gastar menos energía realizando todas las funciones vitales.
Tras un periodo de tiempo que depende de la fuerza de voluntad de cada uno, dejamos la dieta para bajar de peso y queremos intentar comer saludable sin dieta.
Al querer recuperar una dieta saludable y volver a tomar la energía adecuada para cubrir nuestras necesidades nutricionales, nuestro cuerpo seguirá en modo supervivencia.
El resultado que obtendremos será el conocido efecto rebote.
No sigas dietas milagrosas
Las dietas milagrosas funcionan porque consumimos mucha menos energía de la que necesitamos para llevar a cabo todas nuestras actividades vitales.
En este caso, bajar de peso, bajamos y a la vez perdemos masa muscular.
La pérdida de músculo hace que gastemos menos calorías, porque mantener la masa muscular requiere más energía que conservar la masa grasa.
Resumiendo, hemos jugado con nuestro metabolismo pero no hemos aprendido nada sobre hábitos saludables.
Además, nuestro apetito sigue intacto así que cuando abandonemos la dieta milagrosa que hayamos elegido, volveremos a nuestra antigua manera de comer.
Esa que nos llevó a hacer dieta en primer lugar.
Hemos perdido el tiempo y no hemos aprendido a disfrutar de una alimentación sana y de un estilo de vida saludable, imprescindible para bajar de peso de una manera sostenible, eficaz y feliz
Esto quiere decir, que nuestro cuerpo seguirá necesitando menos energía porque seguirá un tiempo anclado en su “modo supervivencia”.
Y, si además tenemos una menor masa muscular, la suma de ambos factores se traducirá en un aumento de peso.
Disfrutar de una alimentación sana y hacer ejercicio físico de manera regular
Disfrutar, practicar e integrar hábitos saludables es lo que nos va a permitir comer saludable sin dieta.
Dejando atrás las dietas para adelgazar, comiendo en su mayoría alimentos saludables y disfrutar al hacer deporte de manera habitual.
Aprender a tomar buenas decisiones sobre nuestras elecciones alimentarias será básico para llevar una vida saludable y evitar el efecto rebote.
Cuando algo nos gusta lo repetimos, no porque tengamos que hacerlo, si no porque disfrutamos haciéndolo.
Si aprendemos a reinventar nuestra dieta saludable con ilusión y motivación nunca más tendremos que hacer dieta.
Tampoco sufriremos el efecto rebote y además conseguirás bajar de peso como resultado.
Hacer ejercicio físico de manera regular nos permitirá mantener o aumentar nuestra masa muscular que ayuda a aumentar nuestro metabolismo.
Si estás en lucha con hacer deporte, te animo a que leas uno de los mejores artículos de este blog Cómo hacer ejercicio sin que sea un sacrificio.
Hacer deporte es uno de los hábitos saludables a implementar cada día, siempre teniendo en cuenta tus horarios, rutinas, nivel de energía y gustos.
Por eso, para que puedas empezar a hacer ejercicio y disfrutar de sus múltiples beneficios, elige un ejercicio para hacer en casa o fuera de casa que te encante o que al menos no te resulte una tortura.
Los ejercicios para hacer en casa te pueden ayudar a superar la pereza y a optimizar tiempos de desplazamiento.
Con la idea con la que quiero que te quedes es que hacer deporte debería ser como lavarse los dientes, algo a practicar cada día dentro de una vida saludable.
Uno de los beneficios de hacer deporte es mantener la masa muscular.
Este punto será muy importante, debido a que mantener el músculo requiere más energía que mantener la masa grasa.
En definitiva los 3 trucos para evitar el efecto rebote
Pasan por saber que las dietas para bajar de peso muy restrictivas solo generan el efecto contrario de lo que buscamos y ni siquiera nos ayudan a seguir un estilo de vida saludable.
Restringir la energía o alimentos con carbohidratos saludables que aportamos a nuestro cuerpo provoca que necesitemos menos energía para nuestras funciones vitales.
Por lo tanto nuestro cuerpo necesitará menos energía porque tenemos menos masa muscular.
El daño metabólico no se soluciona a corto plazo. Como se dice, el cuerpo tiene memoria.
La solución pasa por preservar nuestra masa muscular, disfrutando de una dieta saludable y flexible y hacer ejercicio físico de manera habitual.